sábado, 13 de octubre de 2007

Trigonometría del cuerpo - Viviana

Trigonometría del cuerpo

Cuando piensas en nada, el minutero del reloj se mueve lentamente.

Una libélula vuela a lo lejos, en este jardín que ya es una extensión de mi misma. Sentada en la banca que tiene mi forma, recuerdo lo que dice el doctor Rosas. La lucidez es deducción, es lógica. Lo ha dicho siempre. Desde antes que Antonio me llevara a esa confitería de la calle Allende donde comíamos profiteroles con crema y probé el café irlandés.

Antonio Milagro, así le llamaba en broma recordando como lo conocí. Apareció de repente una tarde de exámenes finales en tercero cuando, cansada de estudiar, me escapé de mi casa a comprar chamoys. Yo tenía quince años y él más de cuarenta. Me explicó trigonometría mientras caminábamos mi casa. Saqué 6 en el examen, sobresaliente para mis estándares.

Lo vi todas las tardes de ese verano. Me enseñó muchas cosas además de trigonometría, entre ellas como funcionaban mi cuerpo y sus ángulos. En medio de cuadernos desordenados, me mostró que su ávida boca podía ser el mejor de los maestros.

A mamá no le gustaba. Inerme ante el poder que Antonio tenía sobre mí, me llevó con el doctor Rosas que habló de cordura. Lo escuché sin atención. Yo quería ser Antonio, verme a través de sus ojos, convertirme en él.

El verano terminó y él se fue. Comenzó a explicarle álgebra a Margarita, la de primero.

Me volví vieja. Traté de arrancarme la cara con el compás que Antonio usaba para trazar ángulos.

Mamá me trajo a este lugar, donde el doctor Rosas me muestra el espejo todas las mañanas. Si tuviera un compás se lo clavaría a él también. Se lo digo y me encierran, con las manos amarradas. Hasta mañana que vuelva al jardín, a sentarme en la banca que tiene mi forma.

9 comentarios:

Cazador de Tatuajes dijo...

Me gustó muchisimo, muy bien estructurado, gran tema, buen final. Haría tambien la observación de que las palabras no se sienten forzadas, pero creo que ello es por no haber usado todas las palabras.

arboltsef dijo...

Harto tétrico. Mi mañana tan bonita se fue a la basura.

Buen cuentillo.

Ana De Longa dijo...

Me gustó. Llevó como la mitad de los cuentos, pero este fue el primero que me ha orillado a comentar. La historia realmente me gustó, como que me recordó cierto pasaje de mi vida (ooops!). Coincido en el hecho de que al no utilizar todas las palabras el texto fluye mucho mejor. Lo que más me gustó fue el título: "Trigonometría del cuerpo" wow!

Celestissima dijo...

Me encantan las historias que aparentemente son inocentes y que al final te dejan helada.
Me gusto bastante.
Saludos.

Leticia Zárate dijo...

Sí, me gustó bastante y creo que no le reprocho nada.

Lu García dijo...

Tu texto es el que más he leído.

Qué hubiera dado yo porque así me enseñaran trigonometría. Por algo soy una piedra en la materia. Lo que se necesita es motivación, jajaja.

La evolución del personaje es asombrosa. Un gran mérito lograrlo en tan pocas palabras.
Te aplaudo.

Por ahora, voy a tirar el compás que tengo en el escritorio. No vaya a ser la de malas.

Saludos

Ricardo Arce dijo...

Fíjate tú que me gustó retiharto en montones, la trigonometría del cuerpo, re chidin, re bien, re loco, re estético, re limpio y muy bioen trabajado.

Hasta me dan ganas de tirarte el "perro"

Unknown dijo...

muy bueno. En verdad me gustó. Sólo como comentario, se me hace que en vez de "...en este jardín que ya es una extensión de mi misma..." se lee mejor "...en este jardín que ya es una extensión de mi ser..."

Saludos

El Mulder dijo...

Pssss, apenas he leído dos cuentos tuyos y ya sy tu fan.

Este es de esos textos que al leerlos por segunda vez te hacen ver lo inteligente que es el autor para irte revelando sólo lo necesario para llegar a ese contundente final.

Al igual que él(ricardo árbol) yo también te tiraría el perro así nomás por cómo escribes... pero ya sé que eres casada y eso es ilegal =(.