jueves, 25 de octubre de 2007

Our favorite game - Ana

Our favorite game

“Llámenme arrogante pero mi lectura preferida siempre serán mis propios textos”. Era una idea bastante egocéntrica, pero no me desagradaba. La última vez que lo escuché decir eso volteé a verlo y le sonreí con los ojos.

Yo era una estudiante común y corriente, él un respetado profesor de la facultad, ambos coincidíamos los viernes en la tarde en la cafetería de la escuela. Siempre lo veía a lo lejos, desde la mesa de atrás, estaba sentado frente al ventanal, como para evadir al mundo que transitaba a su alrededor, con una café expresso, una cajetilla de Cohiba y un libro en la mano. Podía pasar horas observándolo, espiando cada gesto, cada movimiento, cada suspiro.

Dos semanas antes de concluir el semestre, en mi acostumbrada contemplación de los viernes, se acercó a mi para preguntarme la hora, nerviosa respondí, me acarició la mano mientras decía gracias; vio mi cuaderno de apuntes sobre la mesa, lo tomó y comenzó a hojearlo. No era un diario, ni una bitácora, era más bien un cuaderno de reflexiones, a mi me gustaba llamarlo de “editoriales”: mis opiniones acerca del mundo, de la vida, del amor, de la gente, sin guardar alguna cronología u orden aparente, sólo era eso. Terminó de hojearlo y con esa fabulosa sonrisa que acostumbra me lo pidió prestado.

Al cabo de un tiempo las tardes de los viernes ya no eran exclusivas para él. Ahora toda mi semana, mis días, mis horas le pertenecían. Vivíamos en un edificio de la Narvarte, estábamos en el segundo piso, teníamos un gato, dos alcobas y una biblioteca inmensa en la sala, cientos de libros apilados en repisas adornando las paredes. Cuando los vi por primera vez pensé emocionada en cuánto me tomaría leerlos todos. Después de unos días dejé de hacer cuentas al respecto.

La rutina entre nosotros se estableció claramente: el escribiría de mi y yo de él, ambos leeríamos nuestros textos favoritos.

Ana.

http://eldivandeutopia.blogspot.com

19 comentarios:

Lilián dijo...

¿Fue real? Digo, si es real... está bueno. Algo cursi, pero siendo real...

Si no lo es, muy cursi, pero pasable. Lo de los cuadernos de "editoriales" no me pasan. Las reflexiones, aggrr, me parece literatura adolescente.

Unas cuantas comas de menos y ya, pero escribes bien.

LustLady dijo...

Bueno, muy bueno. Sobre todo me atrapaste con esa línea de Llámenme arrogante pero mi lectura preferida siempre serán mis propios textos, por que justamente es la forma para describir lo que escribo.
Supongo que también tiene mucho de anécdota y eso hizo que me gustara aún más.

[el_roulo] dijo...

No me cuadra, no sé... Tiene demasiados lugares comunes, situaciones comunes, frases comunes: 'Común y corriente', 'la cafetería de la escuela', los escritores-lectores y los gatos.
Un saludo.
[el_roulo]

Ricardo Arce dijo...

Lo qu emás me gustó es que vivía en la narvarte, porque yo vivo ahí. Pero pos y ani digo, uego dicen que soy fresa.










Pos no dices mucho, ni poco ni algo.

Jorge Luis dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Jorge Luis dijo...

Quizá sean esos lugares comunes lo que precisamente facilita la lectura del texto. Coincido con Eliza: la clave es la preferencia de los textos propios y esa idea es excelente.

Triquis dijo...

Mmm...como que no me convenció del todo. El final está muy apresurado. La situación de la alumna que se enamora del profesor y este le corresponde es un lugar común para mi gusto.
Sin embargo hay cosas interesantes como la frase inicial.

Saludos

Luis dijo...

Pues si, como que todos se van a los extremos: a escribir cosas sin sentido o a los lugares comunes. Supongo que el chiste es encontrar el punto medio.

arboltsef dijo...

Esta chingón. :)

La idea del egocentrismo textual... aunque no es novedosa, es muy importante para los escritores. Sentirte orgulloso de lo que escribes y no renegar de tus hijos.

Aunque me sorprende que dos egos competitivos, sobre todo el de un "escritor asumido como tal", dé para una chava que también lo hace. Entre escritores suelen ser competitivos, medio rivales, es difícil que surja una conexión de ese tipo. Esta bien logrado eso.

Cazador de Tatuajes dijo...

A pesar de que la conexión con el ejercicio me parece medio debil, me gustó mucho el texto.

Te recomiendo ampliamente que leas "El Libro" de Juan Garcia Ponce. Te resultará familiar.

"Enseñar es pervertir. Ustedes vienen aqui a perder su virgninidad liberaria, pero solo para recuperarla después. Lo dificil en verdad no es perder la virginidad, sino ganarla, conquistarla. Hay que ir a los libos dese el conocimento para que ellos, si son realmente grandes, mediante su propio poder nos devuelvan la inocencia."

Ana De Longa dijo...

Después de dos días agitados, con poco tiempo para darme una vuelta por aquí, seguiré el patrón egocentrista de mi texto y por lo tanto será en el primero que comente.
La neta anduve bien ocuapada toda la semana y terminé escribiendo mi cuento en 15 minutos unas horas antes de que se cerrará la recepción, traía muchas ideas en mente, el tema daba para desarrollarse mucho más, pero en uno de esos intentos de idea me topé con el pensamiento de que en la vida real "mis textos favoritos son los que yo escribo". Creo que leerse a uno mismo es lo más subjetivo que hay, yo diría que es lo subjetivo dentro de lo subjetivo, una persona interpretándose a sí misma n cantidad de veces, dándole a su obra énecimas lecturas de sí mismo en diferentes escenarios, wow!
Reconozco que la historia tiende a caer en lugares comunes apoyados por mi experiencia y mis fantasías intelectualoides, pero pues fue lo que salió.
Al final del día me quedó con ganas de escribir sobre este tema desde otra perspectiva, igual y en mi blog lo hago, no sé...

Anyway... Muchas gracias a todos por sus comentarios y ahora sí prometo leer todos los textos y comentarlos, aunque eso me lleve toda la semana, palabra de exploradora!

Lu García dijo...

Por comentarios que has hecho en ejercicios pasados, tiendo a pensar que si es anecdótico.

Pero es un muy buen texto.

Extraño la Narvarte. (sí es colonia d e culturosos, jajaja, no tanto como el sur, jajaja)

Celestissima dijo...

Escribes fluido, independiente de tu historia, ya lo dicho anteriormente.
Saludos

Katsya dijo...

Si esto fue real, dejame decirte que me pudro de la envidia. Muy buen ritmo, y pese a que esta en un solo bloque, perdón, tengo que mencionarlo, me molestan los textos así, pues estoy medio ciega y me pierdo fácilmente, me atrapo desde el comienzo.

Katsya dijo...

arbolsef: Si se puede esa conexión entre dos escritores, y es asquerosamente divertido, pues esa competencia, le da un no sé que a la lectura y la escritura mucho más interesante.

Tú mejor que nadie debería saberlo.

arboltsef dijo...

La verdad es que no :P

(La competencia no es asquerosamente divertida cuando es sangrienta).

El Mulder dijo...

Oye, me gustó, al principio no le agarraba la onda pero de la mitad en adelante el relato toma buen ritmo y la idea está chida.

Raúl Jiménez Jiménez dijo...

Lo que más me gustó fueron las frases del principio y del final. Principalmente porque juntas, dejan un gustillo de transformación del juego que uno, normalmente, ha de preferir jugar con uno mismo: el de reinterpretar la propia escritura.

Más que un íntimo beneplácito o una necesidad de autocorrección o mejora, releer y consecuentemente reinterpretar algo escrito por uno mismo es, creo yo, la máxima libación del espíritu del escritor. Es únicamente ahí donde el escritor –se considere o no a sí mismo como tal- puede observar de manera ligeramente lejana las secuelas que le ha valido su vida desde el momento de la escritura hasta el momento de la relectura. Ciertamente entonces, cada vez que cualquiera de nosotros tiene la oportunidad de releer un texto de su pasado, se halla frente a uno nuevo pues las circunstancias que lo llevaron a escribirlo ya no son las mismas y la repercusión de su subconsciente en las palabras tampoco volverá a ser igual. Todos nosotros compartimos la sensación de agrado por nuestros textos, ya sea en mayor, menor o clandestina medida y será siempre una de las sensaciones mas puras que podamos tener sobre la lectura.

Tu texto me hizo pensar: releer un texto propio tantas veces que su significado cambie con los años. Me gustó, buena forma de resolver el ejercicio.

P.d. Debe ser interesante poder también ser interpretado muchas veces por otra persona.

Ana De Longa dijo...

"Es impresionante lo que el tiempo puede hacer con una persona. O, lo que una persona puede hacer a través del tiempo.

Tengo documentados más de 3 años de mi vida en la computadora, y en días como éste me da por examinarme, por hacer un análisis minucioso, por desmenuzar poco a poco mi historia y después re-hacerla. Al pasar del tiempo caigo en cuenta de las diferentes lecturas que puedo hacer de mis textos y es increíble como a pesar de los días, los meses, los años... la esencia de Ana sigue ahí.

Las metas y sueños que algún día tuve, en la actualidad se ven desdibujadas, dando paso a nuevos anhelos. Mi capacidad para re-inventarme y re-plantearme la vida es asombrosa, a veces pienso que soy voluble, pero con el tiempo descubro que es más grande mi capacidad de asombro y mis ganas de aprehender la vida, que me es imposible quedarme quieta mirando hacia un solo lugar.

A veces, por momentos, llego a dudar de mi: de lo que soy, de lo que quiero, de lo que sé, de lo que tengo, me entran una de esas crisis correspondientes a cada luna llena y me es inevitable contener el llanto, pero hoy, re-leyendo, re-viviéndome a través de mis propias palabras, no puedo no mirarme con otros ojos que no sean los de una Ana admirada y conmovida de sí misma."

Esto lo escribí hace como dos años, creo que habla un poco del transfondo que me llevó a escribir este ejercicio.