Temprano contemplaba su reflejo en el espejo cuando escuchó un quejido mordaz proveniente de la coladera; observó con cautela a ver si podía distinguir al emisor del sonido pero sólo había oscuridad detrás de las rendijas.
Quiso no darle importancia y volvió a la imagen del espejo. A punto de exterminar un barro purulento, volvió a escuchar el sonido, ahora más largo, como una pesada agonía, como una exacerbada súplica de libertad.
Por un momento quedó fragmentado de sus sentidos, al siguiente paso del segundero decidió clausurar el baño.
El fondo del patio se convirtió en la cárcava de sus deshechos. Ahí adaptó un tinglado desprovisto de ignominia.
Tenía el ritual de leer semanalmente en el baño, la sinopsis de varios libros para decidirse por la lectura de alguno. Le tocó esa semana a “ La Tregua ” de Mario Benedetti. El descubrimiento tardío del amor por el personaje de cincuenta años le conmovió secretamente las vísceras y algún recuerdo en él se movió repentino y voraz. No es que fuese viejo, más bien era ese concepto supremo y sublime del amor que captaba en la lectura lo que le despertó alguna reminiscencia que a partir de entonces no le dejaría de acosar.
Al final de la semana, la noche que concluyó la lectura, le fue revelado en el plenilunio del sueño el recuerdo bloqueado de hace apenas ¡ tres semanas !
Despertó con una opresión en el pecho que le asfixiaba, bajó las escaleras a trastabillazos y en el trayecto pudo ver esa cruenta imagen del féretro y él, impávido zombie, alejarse indiferente, hace tres semanas, del sepelio de su más grande amor…“Dios mío… Dios mío…Dios mío…Dios mío…Dios mío…Dios mío…Dios mío…” pensaba.
Tumbó la puerta del baño de un puntapié, corrió la cortina, y de un jalón arrancó la rejilla de la coladera para rescatar al indefenso peluche, obsequio de su extinto amor, que había gastado la corta vida de su batería en la húmeda tumba de la regadera.
Autora: Leticia Zárate
12 comentarios:
Aclaración: Ésta es en realidad, una versión recortada del original, resulta que llegué a un poco más de 400 palabras y tuve que quitar hasta adecuarlo.
Al que le apetezca leerlo completo, puede hacerlo en mi blog:
http://usandobientulengua.blogspot.com/
"El fondo del patio se convirtió en la cárcava de sus deshechos. Ahí adaptó un tinglado desprovisto de ignominia."
A esto me referia con lo de garibolear demasiado el texto. No le encuentro sentido, ya que no embellece la prosa de una manera funcional, nomas lo complica gratuitamente.
Estoy descubriendo que tu propuesta (o tu estilo) son los adjetivos. No soy fanático de ellos, la verdad. Para mí, recortar los adjetivos y las analogías me parece económico y un favor al lector, además que un buen trabajo (rete harto divertido y sudoroso) para el escritor.
Para que un texto demasiado descriptivo, detallista si quieres, llame mi atención... necesita jalarme desde la primera línea y que el primer párrafo me presente apenas dos acciones, me repele.
Sin embargo aplaudo tu uso correcto del lenguaje, es un vocabulario envidiable.
Senti que utilizaste cosas del ejercicio pasado.Bien,me atrapo la idea de lo de la coladera.
Saludos.
Pues la lectura es fluída y hay suficientes "pistas" para entender la historia pero no alcanzo a imaginarme mucho. Será mejor que lea la historia completa.
Saludos.
Coincido con el mamón del arbolsef, demasiados adjetivos.
Casi pude imaginar la agonía del peluche. Buen texto.
Chin! ¿Tenías que escoger La Tregua para el relato?
Ese libro lo tengo que leer para la clase de lite... no sabía nada de él y me interesaba mucho leer un libro delque no sabía nada de nada... snif snif...
Ya había leido el texto en tu blog desde antes que se publicaran acá y debo decir que no hay gran diferencia, es decir, el recorte no alteró la historia. Me gustó mucho por el ambiente que recreas y, contrario a lo que algunos opinaron, me fasacinan los textos como el tuyo que me describen a detalle la escena.
Excelente, uno de mis favoritos de este ejercicio.
Por cierto r_e_f, ya que andas tan intenso, dónde está el comentario para el texto de Leti, por que lo único que reclamas es que usara ese libro, pero ¿y tu comentario que le ayude a mejorar?
Algodón enmarañado, chanse por la falta de palabras ya aclarado, pero pos igual podría manejarse de manera más especifica sin ser tan detallista en las descripciones, a pesar de todo, me gusta esa sensación de despertar por haber dejado algo mal puesto.
Sentí que muchas palabras entran muy forzadas, casi como si quisieras hacer gala de tu vocabulario.
Fuera de eso, la idea me grada bastante y lo mejor es que usaste mi libro favorito: La Tregua. Nunca me he identificado con un personaje como con Martín Santomé, a pesar de que era un viejo sin mayor ambición que el ocio y el amor.
Tu verborrea es envidiable, ahora bien, encontré que el texto se enreda en si mismo, que pareciera rebuscado en la intención de lucir ese vocabulario.
Yo lo haría más simple, más "humano", menos erudito.
En todo caso, valió la pena leerte :-)
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