jueves, 25 de octubre de 2007

Ejercicio No. Cinco terminado

Nuevamente muchoas gracias a todos por su participación.

Se han tomado medidas para que TODOS los cuentos de este ejercicio se vean en una sola página y no se canse tanto la lectura, de todas maneras, se ha puesto la etiqueta "Ejercicio Cinco".

Buena semana, no olviden comentar.

Cazador de Tatuajes tiene un punto menos por tramposo y maquiavélico.

05 - El Monares

“Hay días en que el regreso a la vida es penoso y angustioso” eso lo leíste en alguna parte seguro, y hoy indudablemente aplica. Son las seis de la mañana y ya estás listo para iniciar la jornada. Un café y pan, el desayuno de los campeones. Sales corriendo y tienes suerte de que el camión tenga asientos disponibles, se podría hacer de tu día una crónica como la de “Santiago” el día de su muerte.

Antes de abrir el libro miras por la ventana y ves a un hombre como de 45 años justo en el momento que abandona el hotel, abrazado de una niña, “incluso la moral es cuestión de tiempo” piensas, si lo hubieras visto más adelante pensarías que es su nieta, como sea no importa.

Finalmente caes en la lectura, cual si fueras “Alicia” por el agujero, intentando llegar al “centro de la tierra” mirando todo a “través del espejo” como en un “viaje a la luna”. Que tedioso sería recorrer el mismo camino todos los días, rostros conocidos, fachadas grises, en cambio, gracias a la lectura, has podido conocer a la señora “K”, alguna vez le ayudaste a resolver un caso al señor “Holmes”, aunque tuviste insomnio después por temor a Eso, pero eso no te ha impedido continuar con la labor encomendada: “desfacer fuerzas y socorrer a los miserables”.

Finalmente llegas a tu destino, pero no lograste terminar el capitulo así que caminas las calles que te faltan con libro en mano, para poder terminar esa parte de la historia, y de pronto sientes el golpe, el libro se cae de tus manos y cuando estas a punto de maldecir al imprudente, levantas la cara y ves a una mujer encantadora, le sonríes mientras piensas para tus adentros “No hay casualidades sino destinos”

El Monares.

Abandono - El Robert

Tengo un amor abandonado, hace ya algún tiempo que no voy a ella… pensándolo mejor el problema es que al buscarlo no es lo mismo, ahora me conformo sólo con sobras, cualquier cosa que me quiera y le pueda dar.

No es que un minuto con ella no valga la pena o por ser breve no me nutra de nuevos sabores, colores y olores de otros lares. Es el hecho de que era mi mejor compañía, me enseño tanto y ahora sólo le doy las sobras de mi tiempo.

Junto a ella recorrí mares, ciudades, conocí personas de tantas y tan distintas culturas, ideas y distintas formas de pensar. Nunca me importó compartirla, enseñársela a otros, que conocieran su delicias, los dulces néctares que emanan de sus labios cuando habla te acaricia con el terciopelo que envuelve sus palabras te transforma.

Descubrí a su lado otras formas de amar, de recorrerme cuerpo y el de quien este conmigo, siempre me dio el tiempo de practicar lo aprendido con ella, con cualquier mujer que quisiera compartir mis experiencias y saber más.

Me hizo entender las tristezas de ser abanado en medio de una guerra, de tener que madurar a los 15 años y dirigir un barco lleno de hombres rudos, acostumbrados a doblegar al otro a base de la fuerza; saber que el no ver con los ojos no implica no conocer el mundo que te rodea; en fin el fervor de un hombre en el campo de batalla que su único anhelo es volver a casa.

No sé si lo sabe todo, pero lo que le he preguntado lo ha respondido siempre, espera paciente por mí, a que vuelva a tomarla en mis brazos y reavivar mi amor por ella…

¿Su nombre...? ¡Su nombre es la Lectura!

El Robert: himney.blogspot.com

Amante - Sidurti.

¿Cansado?

Ya sé, ya sé. Es una pregunta retórica en un vano intento para hacerte la plática. Hace tanto que no me prestas atención, por eso hoy, inútilmente, pensé que sería diferente. Lo siento, me equivoqué.

Aún recuerdo la primera vez que me viste, cómo olvidarlo si hasta los ojos te brillaron. Temblaste un poco al saber lo que te costaría tenerme, pero aún así regresaste dos semanas después. Me abrazaste, murmuraste un par de palabras y me llevaste contigo. En el camino no dejabas de mirarme, era tu pequeño trofeo. Apenas entramos al departamento y tus dedos comenzaron a jugar conmigo, hábilmente te deshiciste de mi “cáscara” para disfrutarme, olerme. Esa noche no dormimos, el amanecer nos sorprendió apenas en la mitad de lo nuestro.

Ahora regresas a casa, lanzas tu portafolio sobre el sofá si detenerte a mirar que casi me golpeas. Apenas llegas al microondas y te preparas algo parecido a una cena, pones música y corres a tu nueva lap-top. Desde que la compraste has cambiado radicalmente. Antes al menos me dedicabas un par de miradas, a veces me permitías salir contigo, acompañarte, ahora apenas notas mi presencia.

Cada vez que llegas corres desesperadamente a buscarla y no la sueltas. Abres tu blog, buscas si alguien te ha comentado, te ríes de lo que encuentras en los videos, en los foros, en el Messenger…Con la mirada fija en el monitor y una mano deteniendo tu barbilla (es la pose “oficial” de todo buen bloguero o ¿no?) pasas horas leyendo, buscando, escribiéndole a gente de quién sabe dónde y que hace quién sabe qué.

A veces pienso que te satisface más que yo.

¿Qué tiene esa pantalla tan plana que no tenga yo con mis voluptuosas 500 páginas?

Autora: Sidurti

http://elcafedelosviciosos.blogspot.com

Bluesy - Doble i

Es tarde y llueve otra vez, hora absurda; lluvia oblicua. Intento escribir pero la página en blanco no cede. En la ventana, las gotas dejan rastros que destellan a trasluz de esta vela. [Por favor, no hagamos literatura hoy]. Estoy metido hasta el hartazgo en este viernes, rodeado de libros y apuntes. Afuera la humedad es diluviana. Adentro todo está cubierto de una inenarrable y seca vetustez. En ocasiones como esta no hay más salida que encender un cigarrillo y beberse los restos de la noche. Pero hace tanto que dejé de fumar [y menos así de barata]. Quizá Benny Goodman me rescatase un poco. Aunque sin electricidad, eso es un afán inútil. Además, no hay Mad House que mitigue las soledades, ni Get Happy que palie las melancolías. Mejor que venga Armstrong con su St. James Infirmary para terminar de una vez. ¿Un vaso de vino? Habría que ir hasta la cavita. Pero no, mejor no: ya llevo dos botellas, y dicen que tres es multitud. Además, tocan a la puerta. ¿Haré espacio en el colchón, por si es la soledad que regresa acompañada? Probablemente es el viento y nada más. La página en blanco persiste y hoy toda inspiración es una ficción de funestas filias y fatales fobias. Cómo quisiera poder escribir los versos más tristes esta noche. Pero no soy nada. Nunca seré Nada. No puedo querer ser nada. [Pessoa, Neruda, Poe, Chaves. Impensables poetas malditos].

Doble i

rencoria.blogspot.com

CANCIÓN DE CUNA PARA COMUNISTAS - DAMIAN DE VICTORIA

Recuerdo tu voz, cálida, cantando canciones de cuna, contándonos cuentos de hadas, historias del libro de la selva o fábulas. Tu voz serena. Aprendimos a leer prematuramente, para revivir esas historias en tú ausencia.

Me diste a Dumas, Verne, Homero, Doyle, aun niño ya leía a Suetonio, Cervantes y Víctor Hugo. Pocos juegos de video, pero contaba con que al acompañarte a la librería, siempre saldría con un regalo.

Siempre la pregunta casual, ¿qué estas leyendo?, y la discusión sobre un libro, que para mi sorpresa tú ya habías leído. Cuba en mano, cuando se ameritaba, te divertías mientras yo elucubraba, interesándote cuando daba en el clavo. Y cuando avergonzado confesaba que no leía nada, siempre una alegre arenga, un estallido de júbilo, “¡excelente!, te voy a prestar algo magnífico...”

Todo te interesaba, las obras completas de Lenin, Marx y Mao, las alternabas con San Agustín y Giovanni Papini. Despreciabas a los políticos “solamente quien ha sido mordido por la serpiente de la miseria comprende a los pobres”.

Decidimos no llorar, no despedirte entre lágrimas, mejor entre alcohol y putas, brindando por ti. Dijo mi hermano: “parece que hablamos de una leyenda, de un hombre imposible”. Te hubieras reído al vernos allí. Te hubiera gustado estar allí. Estabas allí.

“Su destino les pertenece”, nos decías, “porque son descendientes de ladrones, asesinos, piratas y traidores”, siempre detestaste a quienes se jactaban de rancios abolengos para ocultar novísimas imbecilidades.

Mi santo marxista, te lloro ahora, por egoísmo, porque quisiera tenerte aquí, porque lo más importante que aprendí con mis lecturas me lo enseñaste tú, al analizarlas conmigo. Nos enseñaste a comprender con inteligencia y piedad el mundo.

Cuéntame un cuento, cántame una canción ahora, antes de que olvide el sonido de tu voz. Antes de que se enrosque esta serpiente en mi corazón.

Autor: DAMIAN DE VICTORIA

nosvemosenelinfierno.blogspot.com

Cthulhu Vs. R. Daneel - Luis

En un mundo maniqueísta estoy sentado en una habitación vacía con dos ventanas hacia el exterior. Una de ellas es muy hermosa. El marco es de preciosa madera tallada. La ventana en si misma es un vitral enorme y complicado. Complejas figuras se entremezclan en una vorágine de colores vivos y salvajes. El vitral como un todo da cierta sensación de caos, pero al observarlo detenidamente, por partes, se observa el trabajo detallado y el cuidado de cada pequeña pieza que lo forma. El único problema es que el vitral casi no permite ver que es lo que sucede en el exterior; su misma naturaleza bloquea la vista de lo que sucede tras el. Uno puede observar la luz que le da vida, pero no su fuente. Uno puede mirarlo por horas, pero al final solo esta viendo una pared de vidrio que distorsiona la realidad del exterior.

La otra ventana es muy diferente. Amplia, funcional y práctica. Bien construida. El marco es sólido, pero no muy llamativo. El cristal es completamente transparente. Si uno se fija bien, puede observar como se une perfectamente con el marco, y nota la fortaleza en su construcción. A través de el se puede percibir perfectamente lo que sucede en el exterior. El diseño de la ventana esta pensado para no interferir con la vista, incluso para que uno ni siquiera se percate de que esta mirando a través de una ventana.

Para mi el leer es algo muy parecido. Prefiero mil veces mirar a través de una escritura simple y sin demasiados adornos. Eso permite centrarse en la historia y en lo que el escritor quiere contar. Los vitrales podrán ser muy hermosos, pero al final de cuentas, uno no puede dejar de notar la técnica del artista, que casi siempre obstruye lo que quiere decir. Claridad ante todo, por lo menos para mí.


Autor: Luis.

http://elhuevo.blogspot.com

El libro - Sr. Violencia

Llegó a la última hoja, lentamente cerró el libro y religiosamente lo colocó en el librero.

Se fumó un cigarro, mientras tomaba un vaso de coñac, ritual que siempre realizaba cada que terminaba un libro.

El siguiente libro que tomó era muy viejo, no recordaba donde lo había conseguido o como es que había llegado a sus manos.

Las tapas eran duras, forradas con piel, no tenía ni una palabra o inscripción en ningún lado. Al abrirlo, se dio cuenta que las primeras hojas habían sido arrancadas, lanzó una maldición al aire.

Pero no le importo y empezó a leer. No era fácil, aunque el hablaba 5 idiomas con fluidez, este español era muy antiguo, combinado con otros lenguajes conocidos y desconocidos, además de que la historia era muy confusa, que parecía no tener ni pies ni cabeza, eso no lo detendría, se sabía capaz de leerlo y entenderlo.

Conforme leía, la cabeza le dolía cada vez mas, hasta que ya no aguanto, dejó el libro y se fue a tomar una medicina, para luego quedarse dormido en el sillón, con el libro entre sus manos. Tuvo pesadillas durante toda la noche, despertándose en varias ocasiones, sudando frio y con el dolor constante.

Al día siguiente el dolor no había desaparecido, pero sin importarle siguió leyendo. Un mareo se hizo presente estando sentado frente a una mesa donde tenía el libro, cayó inconsciente al mismo tiempo que empezaba a salir sangre de su nariz y oídos, prácticamente de cada orificio de la cabeza, manchando las hojas, pero esta se fue absorbiendo entre las letras como si se tratase de una esponja.


Autor: Sr. Violencia
http://rlas.blogspot.com

El Poeta y el Péndulo - eLiZa

“Tuomas Was Found Naked And Dead

With A Smile In His Face, A Pen And

1000 Pages Of Erased Text”

Te has marchado a las tierras del invierno perpetuo.

La musa que fuera tu inspiración años atrás es la misma que hoy te despojó de las ganas de seguir dibujando letras. Para ella escribiste tantos y tantos versos perfectos, versos que me llevaron a conocer el mundo que habitaron juntos. Por ella tú escribías y por ti yo conocí infinitos lugares, como aquél donde los elfos bailan y las sirenas tocan el violín.

Fuiste el Poeta sin tiempo, el soñador de eternidades, el amo del deseo…

Hoy te has dado por vencido, no serás más el que narra mis fantasías que también son las tuyas. El imparable ir y venir del péndulo se llevó al ángel que cantaba para los dos, a la musa que con su voz despegó del papel los trazos que tus manos dibujaban con tinta, esos que hacían realidad tantas utopías. Ella se perdió en el juego de la pasión oscura y tú en el abismo de un mundo sin letras.

Ahora ya no queda nada, ni ella para ti ni tú para mí. Sólo esperaré la muerte que viene con el final de la noche; pero qué más da morir si fui profundamente amada, pues me alcanzó el amor que tú escribiste para ella.

Se acabó, di vuelta a la página y me encontré tu último verso:

“In the end I will always love you”

Por: eLiZa

http://thedarkchestofwonders.blogspot.com

Epístola del Apóstol Octavio a los Gentiles - El Aficcionado

I
  1. Yo, Octavio, de la region Sonorita, relato a vosotros lo acontecido cuando era el final de los dias.
  2. He aquí que describo los eventos:

II

  1. El heraldo divino descendió y se posó en esta tierra corroida por la hambruna, la hostilidad y las tinieblas.
  2. De su mochila sacó una lista e hizo lectura;
  3. su boca parecía una metralla disparando nombres y apellidos.
  4. Cuando hubo terminado la ráfaga de palabras, los nombrados eran millones.
  5. Y se acomodaron en filas detrás suyo.
  6. Y éramos millones los inombrados.
  7. Ví entonces al Bienhechor abrigando a los seleccionados bajo su manto de luz, abundancia y tranquilidad.
  8. Y los excluidos nos miramos desconcertados, y nos sentimos frágiles y desprotegidos.

III

  1. Habiéndose ido la élite, nos reunimos los gentiles y formamos comisiones para negociar nuestra salvación.
  2. El Redentor mandó sus emisarios; y nuestra comisión mandó sus emisarios,
  3. y ambos bandos se reunieron al pie del monte Vidrioso;
  4. y secuestramos a sus comisionados, como habíamos acordado en asamblea previa.
  5. Celebramos, entonces, nuestro primer triunfo.
  6. Durante cuarenta días y cuarenta noches comimos, bebimos, fornicamos e inhalamos cocaína.
  7. Secuestradores y secuestados se mezclaron.

IV

  1. Aconteció, después, que el Eterno descendió sobre la tierra y reclamó la entrega de los suyos.
  2. Nosotros lo encaramos y suplicamos piedad. Él se negó y fustigó en nuestra contra.
  3. Entonces nos reunimos a Su alrededor y exigimos que practicara el perdón.
  4. Él, irritado, quiso arrebatar a los suyos, pero aquellos no quisieron partir.
  5. Entonces renunciamos a la redención.
  6. y Él amenazó con una tercera venida;
  7. y nosotros contestamos que viniera cuando gustara.
  8. Que aquí no habría ya más divisiones,
  9. ni mas miedo, ni terror,
  10. ni persecuciones.

V

  1. Este fue el fin de la vieja época.
  2. Y el inicio de la nueva era, donde no hay supremos. Sólo el Placer.
  3. Gloria a él, por los siglos de los siglos. Amén.
(Autor: El Aficcionado - tallertxt@yahoo.com)

Ernesto Chapon - Placer en letras

Miré alrededor, ¿todo está en su sitio? Repasé la lista una vez más, verificando cada cosa: Lámpara de luz de sol, cenicero grande y limpio, jarra con agua y mucho hielo, cuatro cajetillas de cigarrillos sin abrir. Lo que me dispongo a hacer es algo que he venido repitiendo desde que tenía quince o dieciséis. Más o menos cada cuatro años, poco más, poco menos, compro cualquier edición de ese maravilloso libro y me tomo tres días, nunca más de eso, para releerlo. Se ha convertido en una especie de ceremonia, de reencuentro no sólo con esa fantástica historia y sus variopintos personajes.

Apago mis dos teléfonos móviles, descuelgo el de casa, no enciendo mi PC y dejo de existir para el mundo durante esos tres días de lectura desenfrenada. Podría comparar el placer de la lectura de la mejor novela con otros placeres, pero ni la degustación de manjares, ni la cata de vinos chilenos o el goce de los placeres carnales con una delicada dama se comparan con la paz y el sosiego que ese libro me da. No, definitivamente no hay nada que pueda yo comparar con deleite que siento cada vez que aprecio cada letra, cada frase, cada párrafo.

Me siento en mi sillón favorito – el que esté en el momento –, me acomodo lo más convenientemente, enciendo la lámpara, enciendo un cigarrillo el cual coloco en el cenicero de inmediato, tomo el libro, lo abro y empieza mi lectura: “Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo.”

NOTA: Este no es un texto de ficción, les he relatado un pedacito de mi vida, uno que se repite, como dije, cada cuatro años, más o menos.

3rn3st0

http://yoernesto.blogspot.com/

Es cuestión de principios. -- Leon

Torpe, malamente, él lee la historia de un hombre a quien nada puede concedérsele; aquel hombre al alcance de cualquier experiencia y que a todos, en cierto modo, nos produce el dejo innoble del desprecio. Pero lo verdaderamente odioso es su contundente familiaridad.

El hombre que lee advierte habituales las palabras recién leídas, como si las conociera de antemano; más aún, como si acaso fuese él el hombre que es leído y las palabras le fueran propias.

“La idea de leer es descubrir una tregua que por otros medios la realidad te ha venido negando desde hace tiempo; buscar el peldaño que hace falta para salir del pozo estancado y sucio en que se ha convertido la cotidianidad: tu cotidianidad, mi cotidianidad; nuestra y de todos.”

Desistir la lectura es una salida que se antoja reacia pues evidentemente sigues leyendo. Recorres otras cuantas palabras y en breve vislumbras una idea ruin: este relato pudiera ser más que sí mismo, pudiera ser una forma para zanjar finalmente tu pasado y sus asuntos miserables. Éste texto fatídico tiende como un rastro en la nieve para ti: es tu argumento que largamente has tramado, el grial de quienes viven eludiendo la amoladora verdad de su sordidez interna. Hoy el hombre que lee extraerá una fuente de perdón:

“Parece sin embargo, que aún leyendo los libros del mundo, en ninguno hallé consuelo, ni tan siquiera la ablación de mi pasado. Debo encarar la tarea -imposible- de escribir algo que por mí mismo sea capaz brindarme un umbral de sosiego.”

De modo que el hombre que lee conoce las palabras del relato que ha escrito; éste hombre que es leído ha escrito una historia con la que intenta expiarse de lo que es; las palabras que lees saben que aún si el hombre fue el principio jamás serás propósito: a éste hombre maldito nada puede concedérsele, es cuestión de principios.

LEON.

Este juego es infinito -L i l i t h

Como cada noche, deambula en la inmensidad de esos lúgubres pasillos, hasta llegar a esa puerta. Por inercia la empuja. Para su sorpresa cede ante sus manos. Una mortecina luz le permite ver una figura envuelta en una vetusta capa negra, en una mano sostiene la única vela que ilumina la habitación; en la otra, un libro muy antiguo. Recita las páginas en un idioma ininteligible. Su voz apenas es audible sobre el eco de sus pasos. Aquella aparición avanza hacia el fondo de la habitación, alejándose.

El hombre, de pie en el umbral, no se atreve a entrar. En su interior, lucha contra la indecisión. El tiempo transcurre indefinidamente.

De pronto, escucha los pasos del encapuchado que se acercan desde un lugar que no alcanza a precisar. Con un creciente temor lo ve aproximarse rompiendo la oscuridad. Un detalle inaudito llama su atención: al paso de la figura espectral, la luz de la vela ilumina la pared blanquísima en la que, de la nada, se van dibujando símbolos a la par de la voz que recita. Inmóvil, ve la figura avanzar hacia él, cada vez más cerca. Al llegar a la puerta, aquello alza la vista y revela una terrorífica visión: el hombre ve… su propio rostro.

El electrificante sobresalto lo hace olvidar por un momento su misión, lo único que da sentido a su existencia. En un parpadeo la puerta se ha cerrado. Así que continúa su camino con la vela en una mano y el libro en la otra, su voz se alza nuevamente trazando los símbolos en la pared:

“Como cada noche, deambula en la inmensidad …”

Apunto de dar el siguiente paso, esas palabras reverberan en su cabeza atisbando una iluminación…

Un último impulso lo hace volver la cabeza y contempla el símbolo de la puerta que abre su conciencia con el filo de una certeza:

Este juego es infinito.

Autora: l i l i t h

gato en la oscuridad

.:terciopelo camesí :.

EVOCACIÓN - Leticia Zárate

Temprano contemplaba su reflejo en el espejo cuando escuchó un quejido mordaz proveniente de la coladera; observó con cautela a ver si podía distinguir al emisor del sonido pero sólo había oscuridad detrás de las rendijas.

Quiso no darle importancia y volvió a la imagen del espejo. A punto de exterminar un barro purulento, volvió a escuchar el sonido, ahora más largo, como una pesada agonía, como una exacerbada súplica de libertad.

Por un momento quedó fragmentado de sus sentidos, al siguiente paso del segundero decidió clausurar el baño.

El fondo del patio se convirtió en la cárcava de sus deshechos. Ahí adaptó un tinglado desprovisto de ignominia.

Tenía el ritual de leer semanalmente en el baño, la sinopsis de varios libros para decidirse por la lectura de alguno. Le tocó esa semana a “ La Tregua ” de Mario Benedetti. El descubrimiento tardío del amor por el personaje de cincuenta años le conmovió secretamente las vísceras y algún recuerdo en él se movió repentino y voraz. No es que fuese viejo, más bien era ese concepto supremo y sublime del amor que captaba en la lectura lo que le despertó alguna reminiscencia que a partir de entonces no le dejaría de acosar.

Al final de la semana, la noche que concluyó la lectura, le fue revelado en el plenilunio del sueño el recuerdo bloqueado de hace apenas ¡ tres semanas !

Despertó con una opresión en el pecho que le asfixiaba, bajó las escaleras a trastabillazos y en el trayecto pudo ver esa cruenta imagen del féretro y él, impávido zombie, alejarse indiferente, hace tres semanas, del sepelio de su más grande amor…“Dios mío… Dios mío…Dios mío…Dios mío…Dios mío…Dios mío…Dios mío…” pensaba.

Tumbó la puerta del baño de un puntapié, corrió la cortina, y de un jalón arrancó la rejilla de la coladera para rescatar al indefenso peluche, obsequio de su extinto amor, que había gastado la corta vida de su batería en la húmeda tumba de la regadera.


Autora: Leticia Zárate

Filigrana - Agustin Fest

Filigrana.

En la página veintiuno encontró más señales: Se habla que el amor es una compleja red de emociones que culmina en un deseo muy simple, el encuentro del amado. Sentía frío y sed, escalofríos, resquicio del amado, tomó el diario de Justina y leyó--. Estoy segura que no lo amo, su dinero es la solución a todos mis problemas y puedo sufrir con los golpes obligados mientras me toma y obliga su deseo. Aunque… tal vez… tal vez hay otra solución, leyendo el libro que me ofreció mi madre lo siguiente se me quedó grabado--. Armando Tapia sabía que para salir de todos sus problemas económicos, tenía que envenenar a su esposa. No quería perderlo todo, no ahora que había hecho tanto para conseguirlo, no ahora que los periódicos hablaban de él como un--. Emprendedor, cuyas palabras son como el toque de Midas y cada proyecto lo puede hacer oro. No como el tirano Gregorius que escribió en su libro de memorias--. No hay amor de familia (padre o esposo), no hay amante, ni de animal, que se compare al sentimiento de las sábanas de seda y el olor a oro. Sabiendo que sólo el oro conoce mis sentimientos verdaderos y ante él no puedo esconderme, decidí grabar con filigrana el siguiente mensaje en las sábanas de mi cama --. Dios habrá de perdonarme cuando todo esto termine. Quisiera abandonar estas palabras por si alguien, como yo, se encuentre en la necesidad de recordarlas: “No existe el final, ni el inicio, sólo un eterno desarrollo. Perdóname si no lo entiendes. Debo irme. Si necesitas saber más… persigue la página veintiuno donde encontrarás más señales”.

Agustín Fest (http://arbol.milnombres.net/wp)

FIN AL FIN - Ricardo Arce

FIN AL FIN

(TRES FINALES DE LECTURA)


Una lágrima resbala sobre el paño de la ventana. Afuera, el sol enrojecido de la tarde se precipita al suicidio, la luna aparece majestuosa sobre el canto nostálgico de los grillos. Mi mano roza su aliento de imprenta vieja, se siente fría e insegura, tiembla la última hoja, nos escondemos entre el humo del cigarrillo. Desciende la triste lluvia azotando la huida de las cortinas contra el viento. Acaricio su lomo, releo el final, las primeras dedicatorias, reviso el título, su autor. Guardo su montón de recuerdos entre otros, examino el librero, me he quedado solo; de nuevo.

─¤─

Se mordía las uñas y tallaba sus ojos, bebía a sorbos el café sin hacer caso a la danza que el vapor desprendía. Habían pasado cuatro horas y diversas posiciones de apoyo sobre la mesa de hierro viejo. Me le quedé viendo gran rato, sus ojos destellaban una tristeza descifrada solamente por el libro, era él, el culpable de sus manos temblorosas repitiendo las páginas, por su culpa no prestaba atención a mis miradas. Hubiera querido abrazarla, acariciar sus manos, su mejilla y besarle la frente. Al final, guarda el libro en un tímido lamento de sus párpados, lo esconde entre su morral y busca mi mirada, al verme, dijo:

─Me da la cuenta por favor, joven.

─¤─

Y dicen que tenía un ojo en la nuca, la cabeza en la tierra, una mano salía de su pecho y otra entre sus alas. Que dormía colgado de una soga al cuello, tenía mil esposas y casi seiscientos años, un perro de dos cabezas que aúlla melodías chinas como los gatos, dicen que se alimentaba de sueños ajenos y de caricias impropias, que su lenguaje es con los párpados y dedos. Los humanos lo llaman libro.


Autor:
Ricardo Arce
http://arcencios.blogspot.com/

http://posatigres.blogspot.com/

LA CORTA HISTORIA DEL HOMBRE QUE TUVO UNA VIDA PARECIDA A LA DE MEURSAULT - REF

LA CORTA HISTORIA DEL HOMBRE QUE TUVO UNA VIDA PARECIDA A LA DE MEURSAULT - REF

No recordaba el nombre del libro, pero era bueno. Coincidían mucho el personaje principal y él, tanto que espantaba. Desde que lo leyó se empezó a sentir distinto, su vida la sentía ya escrita, y creía conocer su final; todo lo que había hecho antes, al parecer sin sentido, ahora tenía un "porque".

Se había casado sin amar, solo porque a él lo amaban. No fue al velorio de su madre, no lo sintió para nada y los que lo tomaban como amigo, le eran completamente indiferentes.

Mañana sería su juicio y sin duda su mujer estaría ahí. Le daba igual.

Pasaron tres días de aburrido juicio, donde gente que no le conocía (salvo algunos testigos) hablaron de él, más incluso de lo que pudo haber hablado de sí mismo. Las últimas palabras que oyó fueron: "Pena máxima",

Hace tres horas despertó y van cinco veces que rehúsa hablar con el capellán; no hay a quién deba pedirle perdón por sus "pecados" (como llama la gente a las malas acciones).

No come. No habla con nadie.

Pasan otras dos horas, lo conducen a un cuarto blanco y lo sientan a una silla que parece de dentista. Lo atan a ella.

En el cuarto hay un espejo que seguro es un vidrio polarizado, donde del otro lado gente lo va a ver morir. Le inyectan un líquido denso por el brazo izquierdo. Empezaron unas convulsiones y en medio del sopor y la espuma de su boca recordó el nombre del libro: "El Extranjero"

Autor: R_E_F

juglarespoetasyescritores.blogspot.com

La lectura - Erunis

Habla de muchos yo, con solo uno se puede enredar, no razonar, las palabras son extrañas pero a la vez clara:

-Somos una sola-

-Somos varias-

Ninguna tiene razón, pero a la vez tiene, no todos leemos libros, pero lo hacemos sabiendo que es necesario, aunque la gente no tenga dinero, lee muchos libros…

-La vida de una persona es reflejada por como escribe- Aunque piensas que se disimula

M i forma de ser tiene tres perspectivas la tímida, niña dulce, la adolescente insegura y la madura o inmadura dura que tiene un alto ego. Podrían ser mas pero no tienen sentido.

El lector se aburriría con todos loo que viven en una casa que aparenta que solo es de una.

Después de todo solo es la imaginación de uno que destruye nuestra cordura.

Aun la imaginación es buena pues las personas piensan e intentan ser algo más y leer libros para tener conocimiento de su imaginación.

Autor: Erunis

La única posiblidad - Lacerta

La única posibilidad

Desde la creación del mundo hasta el apocalipsis atómico, de todo he sido testigo.

He estado al lado del osado, del sabio y del loco. He sido parte de las gestas de Merlín, del gran Tártaro y de los pastores del neolítico.

He visto lo más hermoso: desde las jóvenes ninfas riendo a orillas del río imaginario hasta a las piedras transformadas en etéreos monumentos.

He visto lo más terrible: como si yo fuese el hombre artificial que temía llorar en la lluvia; al que solo conocí en los intrincados renglones de una novela.

Supe de las grandes historias del hombre, de los caballos de madera y de las ciudades en llamas, de las invasiones de la razón y de las invasiones de los bárbaros; de luchas titánicas en contra de sus dioses y en contra de sus hermanos, pero también supe de sus pequeños miedos y de sus más oscuras obsesiones.

Vi lo real y lo imaginario, recorrí kilómetros y milenios; modernas autovías y rústicas veredas, espacios astronómicos y espacios atómicos.

He manoseado muchas páginas y he recorrido tipografías; filas infinitas de letras y símbolos.

Sin embargo me aterra saber que aún me falta mucho más. Que de la biblioteca de Babel apenas he rozado una fracción infinitesimal.

Es terrible saber que no tengo la capacidad de escribir nada hasta haberlo leído todo.

Leer.

Es lo único que puedo hacer.

Lacerta

http://elanalfabeta.blogspot.com/

Lectura obligatoria - Jorge Luis Gutierrez

Lectura obligatoria

Abres el libro una vez más y te acomodas en el sillón, dispuesto a sumergirte en su lectura durante toda la tarde. “O al menos un buen rato”, matizas mentalmente.

No necesitas leer los prólogos, te dices, mucho menos los estudios preliminares. Satisfecho con esa justificación, te saltas todo eso y llegas al inicio de la gran novela. La curiosidad es fuerte y te vas a buscar el final: ¿cuatrocientas setenta páginas? Y todavía no se acaba el libro, pues después vienen más estudios, apéndices, bibliografía, glosarios.

Vuelves a abrirlo y demoras el inicio de su lectura en lo que apagas meticulosamente el cigarro en el cenicero. El café ya se acabó y vas a la cocina por más. Quieres lavar la taza antes de volver a llenarla pero hay que prender el calentador. Hay que cuidarse en esta época de frío, piensas al salir a la azotehuela.

El aire fresco de la tarde te pega en el rostro y recuerdas el olor del pasto recién cortado en el jardín de tu infancia. No esperabas acabar en este lugar, ¿verdad? No, entonces no imaginabas que serías un viejo solitario, que te hundirías en una nostálgica melancolía que poco a poco devoraría tu entusiasmo por la vida. No puedes precisar en qué momento desapareció ese joven, pero tienes la vaga sensación de que murió de abandono y desengaño.

Regresas a la sala y ves el libro que nunca habrás de leer, aunque todos digan que debes hacerlo. No eres capaz ni siquiera de sentirle rencor. Es sólo un objeto inanimado que no hace nada más que recordarte tu fracaso en la vida. Pero eso ya lo sabías, ¿por qué habrías de odiarlo? Lo vuelves a colocar en la repisa, haciéndote la vana promesa de leerlo en mejor ocasión.

Jorge Luis Gutiérrez

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Leeme - Dreide

Espero solitaria el momento de resumir la lectura. De dar vida a las hojas inhertes de los libros cerrados. Soy un libro cerrado. Y me pregunto como será la lectura suspendida para el que vive su historia, si se queda abandonado enteramente a medio asesinato, justo en el momento en que el arma homicida hace su aparición ante el atónito rostro de la víctima. Sobre la mesa de noche, ven los lomos de los libros transcurrir los días estivales… entre de soledades largas y sombras prolongadas. ¿Los personajes se han tomado una tregua para existir en la ausencia de unos ojos que les recorran las ideas? Si se quedan atónitos, impávidos en la suspensión del tiempo que otro emplea para darles vida. Si todas las vidas de los libros no leídas son paralelas. ¿No será que Hamlet cansado de dilemas aspira a una existencia ligera y sin complicaciones? Hasta que el lector resume la lectura. ¿Serán esas pausas las que aprovecha el personaje para ir al baño, para hacer todo aquello que no es material de novelas? Mi vida es una pausa entre lecturas: en el espacio de los que esperan ese teléfono que no suena, ese mensaje que no llega. Entre el príncipe azul y el asesinato a sangre fría… soy el movimiento del tablero de ajedrez que nunca se realiza, las posibilidades inexploradas. Me siento en la penumbra de una noche cuya perfecta oscuridad sólo es opacada por una inmensa luna. Léeme.

Dreide

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Leerte - Sara

Caminó por su habitación, ahora tan solitaria, poco a poco el frío ocupó todo el espacio… ya vacía sin mas nada que llorar por el día, decidió buscar su abrigo favorito y echarse en la cama para sentir su olor…

Un abrigo grueso q al sacarlo del closet dio paso al descubrimiento mas sutil y mas tortuoso… ante sus ojos, aquella cajita que contenía un montón de cartas escondidas…

Cartas que una vez cruzaron por sus ojos… si… las tomó de nuevo… las fue abriendo una a una… sintiendo lo que una vez sintió… aquella pasión impresa, aquella sensación de rebeldía, de ir contra el mundo, recordó la adrenalina de un amor oculto, del amante prohibido, esa letra a veces pausada a veces enérgica, llena de descripciones, de sensaciones, de olores cargados, de sabores salados, pero también de sincero cariño y preocupación, mucha fantasía y mucha realidad, era un ir y venir de recuerdos… su amante… esa cuyos besos quemaban la piel, su solo recuerdo hace al cuerpo sudar, sus palabras eran como volver al calor, sus deseos fueron ordenes al destino… hasta que las estrellas se dieron cuenta que no todo puede ser perfecto… que se había escapado, que había sido feliz y le robo la vida, la sangre, la piel pero no el alma de su amante.

Sara

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Lo encontraron tirado en el piso - La Shelle

“Lo encontraron tirado en el piso, tratando de alcanzar el apagador de la luz. Su cara tenía una extraña mueca que te paralizaba de temor”.

Eso fue lo único que se alcanzaba a leer, lo demás estaba muy quemado e incompleto. Era el final, bueno asumo que era el final porque era la última hoja del cuadernillo que me encontré tirado fuera de mi casa.

Fue algo muy curioso porque podría decir que fue puesto exactamente en la puerta de la cochera para que lo recogiera. Lo levanté y me dio curiosidad, por eso no lo tiré inmediatamente, lo puse en la mesa de la entrada hasta el día de hoy, que lo cargué sin querer a la oficina y que decidí ver de qué se trataba.

“Sé que es el final”, le dije a Mariana, mi compañera de cubículo, “es el final pero no hay principio”. “Pues será el sereno pero eso me da miedo”, me dijo, “deberías tirarlo, si está quemado es por algo.”

“No”, le contesté, “lo que necesita es un buen principio, ya verás qué buena historia le armo”, le dije con toda la seguridad del mundo. “Mejor ponte a trabajar.” me dijo burlonamente.

Estuve todo el día pensando y durante el trayecto a casa armé la historia en mi mente. Recuerdo haber llegado directo a la computadora a escribir la historia más increíble y atemorizante. Quizás me faltaban detalles para terminar, pero ya no podía más y me fui a la cama. Ya cuando estaba acostado, apagué la lámpara de mi buró y seguí pensando en mi historia.

De pronto un escalofrío.

La ultima imagen que tengo es el sonido de respiración agitada, mi mano extendiéndose en la oscuridad para intentar alcanzar los lentes de mi mesa de noche y algo poniéndolos sobre mi mano…

Fue el principio de mi final.

La Shelle

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Los cuervos del arbol - Kaya Milok

Los cuervos del árbol..

Cuando los cuervos entraron a mi mente, tal cual como lo hicieron durante toda mi infancia sin tener el tiempo de razón de entre que serian y como seria ser parte de ellos ,

Después de muchos anos por fin en palabras ajenas encontré reflejados mis pensamientos de formar parte de una familia aberrante y sin pudores (según un servidor) ,

No solo seguí la saga de secuencia de cuentos cortos dedicada a estos seres de plumaje oscuro , a los cuales siempre guise pertenecer.

El primer capitulo me tomo por sorpresa no lo puedo negar ,en esos días pululaba en mi cabeza la idea de ser un cuervo después de muchos anos sin hacerlo ,pero con los días y el paso de los números escritos cada ves mas asentaba con una sonrisa cada párrafo escrito y con con una imprudencia terrible al creer que es lo que pasaría con aquel cuervo solitario que no pudo suisidarce , Creo que encontré un espejo de mis pensamientos plasmado por aquel hombre bouyerista .solo me resta decir que los cuervos de mi infancia llegaron desde un árbol y los de hoy día también , pero distinto.


Kaya. Milok

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Nunca más - Sivoli

Despertó y se encontraba tumbada sobre el mullido sofá. En la misma estancia. ¡Carajo! ¡nada había cambiado!

Había pasado mil veces por la pequeña puerta, probado amargas lágrimas que la hicieron naufragar desconsolada, se sentía llena de pedazos de seta y estaba harta de crecer y encogerse una y otra vez. Las galletitas no le habían gustado nunca y ahora, después de leer hasta la náusea avisos imperativos como “bébeme”, “cómeme”, “tómame” y muchos más, planeaba escaparse de esa absurda historia en que se encontraba atrapada.

¡Estaba harta! Harta de deambular de un lado a otro en medio de puros dementes y paisajes incomprensibles. Pero ¡no más! Escaparía y jamás volverían a saber de ella. Nunca más.

El orate que escribía esa prisión para ella seguramente estaba tratando de meterse en el espejo de nuevo. Por las tardes, ella le observaba expectante desde esas páginas. A veces lo veía sentarse a leer lo que había garabateado, para luego sentir como lo tachaba y volvía a repasar. Luego, instantes después (a veces horas, a veces días) volver a escribir. Otras, sólo leía lo ya escrito, se incorporaba y se desnudaba para tratar de meterse en un gran espejo que tenía en la estancia. Loco, a fin de cuentas. Orate con impulsos de escritor. Estaba harta, además, ¡ella no podría leer nunca el final de esa historia!

No más. No más locos, ni conejos corriendo con relojes a cuestas, ni reinas con desplantes asesinos, no más criaturas como el lirón, ni como la oruga. Esa tarde lo haría. La puerta quedaba a veces abierta y así como se entra por ella, también se puede salir. Esa tarde era propicia. Saldría y nadie sabría nunca más de ella.

Y tal vez antes de salir, le diera una patada al pinche gato.


Sivoli

http://sivoli.blogspot.com

Our favorite game - Ana

Our favorite game

“Llámenme arrogante pero mi lectura preferida siempre serán mis propios textos”. Era una idea bastante egocéntrica, pero no me desagradaba. La última vez que lo escuché decir eso volteé a verlo y le sonreí con los ojos.

Yo era una estudiante común y corriente, él un respetado profesor de la facultad, ambos coincidíamos los viernes en la tarde en la cafetería de la escuela. Siempre lo veía a lo lejos, desde la mesa de atrás, estaba sentado frente al ventanal, como para evadir al mundo que transitaba a su alrededor, con una café expresso, una cajetilla de Cohiba y un libro en la mano. Podía pasar horas observándolo, espiando cada gesto, cada movimiento, cada suspiro.

Dos semanas antes de concluir el semestre, en mi acostumbrada contemplación de los viernes, se acercó a mi para preguntarme la hora, nerviosa respondí, me acarició la mano mientras decía gracias; vio mi cuaderno de apuntes sobre la mesa, lo tomó y comenzó a hojearlo. No era un diario, ni una bitácora, era más bien un cuaderno de reflexiones, a mi me gustaba llamarlo de “editoriales”: mis opiniones acerca del mundo, de la vida, del amor, de la gente, sin guardar alguna cronología u orden aparente, sólo era eso. Terminó de hojearlo y con esa fabulosa sonrisa que acostumbra me lo pidió prestado.

Al cabo de un tiempo las tardes de los viernes ya no eran exclusivas para él. Ahora toda mi semana, mis días, mis horas le pertenecían. Vivíamos en un edificio de la Narvarte, estábamos en el segundo piso, teníamos un gato, dos alcobas y una biblioteca inmensa en la sala, cientos de libros apilados en repisas adornando las paredes. Cuando los vi por primera vez pensé emocionada en cuánto me tomaría leerlos todos. Después de unos días dejé de hacer cuentas al respecto.

La rutina entre nosotros se estableció claramente: el escribiría de mi y yo de él, ambos leeríamos nuestros textos favoritos.

Ana.

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Palabras - Triquis

Palabras

Nuestra historia está destinada a llenar las hojas de mi libreta y convertirse en un cuento que pocos entenderán. Esta idea me obsesionó siempre. Desde que te conocí empecé a escribir todo lo que nos pasaba; cada momento, cada encuentro, cada beso…todo. Mi obsesión por escribir se debía a que si un día perdía la memoria (ya sea por el paso del tiempo o por enfermedad) al menos al leer podría recordarte a ti. Sin saber, fui construyendo una historia, nuestra historia. Era como todas las historias que existen, llena de contrastes y de sentimientos, sin embargo, el final era incierto.

Me pasaba horas y horas escribiendo, tratando de que ningún detalle, por insignificante, quedara fuera del papel. El día que llegaste llorando porque no habías logrado entrar a la maestría, te abracé para consolarte e inmediatamente después fui a escribir lo que había acabado de pasar

-No te vayas

-Sólo tengo que escribir algo y en un momento regreso

-Es tan importante hacerlo ahora

-Sí, porque puede ser que olvide como se veían tus ojos cuando llegaste

Un día desperté y tú ya no estabas; te habías llevado todas tus cosas y me habías dejado una nota:

Lo siento, no puedo más con esto. Estás tan ocupado con escribir nuestra historia que has olvidado vivirla.

Laura.

No pude describir el dolor que me causó tu partida. Le diste a nuestra historia un final que no estaba dispuesto a escribir; decidí inventar uno más feliz: te fuiste a estudiar lejos y algún día regresarás para ser felices como siempre.

Desde entonces, todas las noches leo nuestra historia con mi final, al leerla la vuelvo a vivir y me convenzo a mi mismo que no son sólo palabras, que algún día regresarás, porque así está escrito. Sin embargo los años están haciendo estragos y me sorprende la cantidad de detalles que ya estoy empezando a olvidar.

Triquis

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Que Mulder, Que Julian, Que la chingada - Mulder

¿Uh? ¿Otro cuento para el metatextos? ¿Tan pronto? Chinga, mis series tendrán que esperar un rato, si mañana me quiero ir al desmadre tengo que mandar el texto desde hoy. Además pinche idea del Cazador: “escribir sobre leer”. Wow, ¡eres un genio cabrón! Gatumadre, muy abierto y nada se me ocurre, a ver:

Despertar. Siempre despertar, ese extraño momento en que escapas del yugo de Morfeo y vuelves a tu –generalmente- triste realidad. Recuperas la conciencia sintiéndote relajado y alegre, al menos durante unos instantes. Despertadores, ¿quién habrá sido el monstruo que inventó un aparato capaz de interrumpir el único estado natural de felicidad del hombre?

Tanto divagar sólo para decir que Julián –el personaje principal del cuento, genios- acaba de despertar. Bien Mulder, se te pudo ocurrir algo mejor mientras imaginabas a tu editora en bikini (momento para babear), bueno, sigue con el cuento:

Julián se despertó, como cualquier mañana normal, tomó una ducha, se afeitó, se vistió y salió rumbo al trabajo.

Anuncios publicitarios gigantes, cada cosa que se les ocurre –pensó – poner uno lleno de símbolos que nadie entiende, ¿ahora con qué van a salir?

Mmmm… pudiste redactarlo mejor Mulder, a ver síguele, total, si no te gusta no lo mandas y ya:

¡Momento! –pensó de nuevo mientras conducía- ¿es normal que los letreros del semáforo tengan también rayoneos en lugar de letras?

Julián recorrió los siete semáforos que lo separan de su lugar de trabajo y todos y cada uno de ellos lucía igual, comenzaba a pensar pestes del gobierno, gastando el dinero en idioteces, pero al llegar a su empresa se topó con que el letrero donde se anuncia claro y grande el nombre del negocio estaba lleno también de caracteres raros…

Baaah, tantas palabras para decir que un día despertó y no sabía leer el cabrón, mejor lo dejo ahí, lo relleno con notas del autor, una revisión de la editora y lo mando, ¿pos qué?

-Mulder

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Saint Hélen - Serindë

Saint-Hélen

“Corría 1293, año del Señor, aunque los acontecimientos de aquel año hicieron tambalear la fe de muchos. El mal se propagó sobre aquellos hombres cómo en ninguna otra época. Las noticias sobre la presencia de una bestia tan feroz, que podría vigilar las puertas del infierno, crecían día a día en una aldea al norte de Bretaña.

Nadie le había visto, o al menos nadie que hubiese sobrevivido. Sin embargo, la mayoría de los aldeanos conoció su aullido, capaz de helar la sangre. La bestia asoló los rebaños, después a los pastores y sus familias. Los pocos que se atrevieron, por necesidad o valentía, a internarse en el bosque desaparecieron: De los más afortunados se encontró su cuerpo; del resto no se supo más.”

Así quedó escrito el ataque al pueblo de Saint-Hélen. Con el paso de los años los ataques cesaron. Lo relatos se convirtieron en advertencias para los niños y los intrépidos. Pero los curiosos siempre están interesados en éstas historias. El último dueño convirtió el libro en su único pasatiempo. Poco a poco la lectura desplazó a las visitas de amigos y familiares. Su estudio se lleno de hojas y datos sobre Saint-Hélen y su viejo castillo Coëtquen.

En una ocasión visitó la pequilla villa, pero el lugar no correspondía a las frases en las fojas de pergamino. El bosque era alegre y tranquilo, apropiado para un día de campo. Las aves trinaban y los turistas murmuraban crédulos ante las explicaciones del guía. Coétquen se veía abandonado: el dragón que custodiaba la entrada perdió el ala izquierda; el polvo se esparcía en todas partes…

Él prefería el bosque oscuro, impregnado por la neblina. Los aullidos que provocaban terror. Los pasos desesperados de aquellos que huían y los gritos estremecedores. Prefería la imagen que las palabras construían.

Serindë

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Sensaciones - Lunita

Sensaciones

Te sientas siempre hasta atrás del salón, yo te observo entre medio de mis libros para que no te des cuentas de que aún lo sigo haciendo.

Me miras con nostalgia, y en ese preciso momento sacas de tu morral un librecito, ese que siempre llevas contigo, comienzas a hojearlo, buscas la página en la que quedaste, la encuentras y comienzas a leer.

Tu rostro se torna mas alegre, tus ojos brillan, tu expresión es mas linda, me encanta verte así tan contento.Y como no, si las letras se apoderan de tu respiración, formando un mismo canto en el cielo estrellado, junto a las musas que han hecho posible eso que te mueve y ensordece solo para escuchar los palpitos de tu corazón al entrarte en la historia.

La clase comienza y tus ojos se tornan tristes, cierras tu librecito lo metes de nuevo al morral yo todo sigue como se nada hubiese pasado por ti.

Yo te sigo observando desde mi rincón esperando el momento preciso en que tus ojos rían otra vez.

Natalia Martínez.

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Sin Título - Pancracio

Leer, no al maestro Benedetti, no a Cortázar, no a Skármeta, prefiero leerte a ti. Eres todo un código sin descifrar, me gusta ver en el papel en que se convierte tu piel los estragos de mi principio, de tu mitad y de nuestro final.

Eres toda una recopilación de poesía, tienes una pose y una frase para cada día.

Prosa, verso, eres interminable. Eres el libro que cada día quiero olvidar para poder volverte a leer desde el principio.

No me canso, no me aburro, cada día te descubro nuevamente, cada día veo en ti un nuevo misterio (fueras novela policíaca).

Me gusta que abras tus pastas para mí que te muestres desde el principio, desde tu portada, ver tu dedicatoria donde ya no me mencionas, hacerte borrar lo ya hecho y que por ese instante me nombres, me dediques, me quieras.

Las palabras de tu libro son danzantes, son fantasmas que de pronto aparecen, que vuelan y cambian de lugares y te crean nuevas ideas.

Y hoy te has vuelto amarga, podrías haber sido escrita por un condenado ¿o será que tu lector es el amargo? ¿Soy yo el que ve tu vida con lágrimas en los ojos?

y eres un best seller ¿a cuantos ilusos nos tienes esperando tu ejemplar? Y eres un libro extraño, podrías ser una película francesa de esas con final improvisado.

Pero quiero ser yo el que improvise ese final, el que haga que tu vida deje de ser digna de empastarse, que se vuelva monótona, no un instante en la cumbre de la felicidad sino toda una vida en el cielo.

Y es que lo eres, podrías estar encuadernada, eres el libro que no entiendo, el que se escribe solo, el que sueño que no existe y eres, eres mi libro favorito.

Pancracio

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Sueño - Controlzape

Sueño

Epistótenes no sabía qué leer.

Desde niño había sido un lector ávido. Lo que más le gustaba leer eran novelas. Con la edad y la experiencia se volvió exigente al grado de considerar soporífero lo que caía en sus manos y estuvo un tiempo sin leer.

Sus amigos, al verlo sin lectura, le recomendaron un libro de un alemán. Tanto le insistieron que hizo a un lado su regla de no leer bestsellers y se consiguió un ejemplar. Al salir de la librería abrió el libro y la primera frase lo atrapó como una planta a una mosca. Era una novela intimista y contaba la historia de un individuo genial y monstruoso de una época en la que no escasearon ni los monstruos ni los genios.

Hacía mucho que Epistótenes no leía una prosa tan contundente. Se entusiasmó con el personaje principal, al grado de que no quería dejar la lectura y se encaminó a su casa con la nariz enterrada en su nuevo libro.

La gente, al verlo venir, lo esquivaba. Epistótenes no se daba cuenta. Apenas notó las escaleras y el torniquete por los que pasó para llegar al andén del metro. Su atención era para la historia de un individuo con un olfato tan prodigioso como retorcido era su refinamiento.

Tan inmerso estaba en la trama que no oyó los gritos inútiles de los demás hasta que dejó de sentir el suelo bajo sus pies y cayó a las vías del metro.

Epistótenes alcanzó a ver, con la lucidez que brinda el horror, al convoy del metro antes de que lo atropellara.

No muy lejos, en otra hendidura de la realidad, Jean Baptiste Grenouille despertó sobresaltado.

- Soñé que me atacaba una bestia anaranjada. ¡Qué sueño tan raro! – pensó antes de sumergirse en su orgía perfumística.

Autor: controlzape

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Tan Oscura - Katsya

Tan Oscura

Nos conocimos por accidente, en uno de esos momentos raros de la vida propia malsana como la mía. Aquello que creí completa tranquilidad se convirtió en unas horas en una orgía, no podía dejar de pasar mis dedos, y mis labios por tus partes, a cada cambió te unías de manera definitiva a esta alma oscura.

Sentirte dentro de mí, tan rápido que muchos años después no puedo olvidarlo. Cuerpos, sangre, dolor, soledad, olores, húmedades. Sensaciones que nunca podrán ser borradas, en esa noche en que por accidente, te tuve o me tuviste por completo.

Alejarse desde un principio resultó imposible. Ahora me queda tu recuerdo solamente, pues te he perdido para siempre, y no sé si pueda vivir con ello.

Tus líneas me hacen sentirme en el infierno tan buscado en mis sueños, en dónde las putas no tienen que fingir decencia, dónde la locura es la reina, dónde la confusión es la ley por excelencia. Solo evocarte me vuelve loca.

Esa noche solo quería tener un buen rato, pero fue mucho más, como un tatuaje invisible a los otros que no comparten nuestro secreto, pues tú, jamás podrás hablar de lo nuestro, de esos secretos confesos, de esos silencios cortados tan solo por el cambio de página. Me enamoré de ti, como un alguien no como un algo. Tu marca esta para siempre en mí y tal vez, solamente tal vez en la mía en la tuya. Fue Tan Oscura esa noche como oscura es mi alma.

El mejor amante que he tenido en mi vida, tú, un libro, escrito de la nada del cosmos que está en cada parte de las almas. Tan Oscura es el nombre, Agustín Cadena el creador, y solo el maldito Destino, maldito en líneas de tinta nos ha unido.

Katsya

http://katsyafantasy.blogspot.com