Sin Título

Quien hubiera podido suponerlo... ¡Eran tan tontos!

Recuerdo la vez que supimos de ellos. Una aberración a nuestro pueblo. Durante milenios habitamos armoniosos con la naturaleza y nuestra evolución nos privilegiaba…

Así empezaban la historia los abuelos. Una historia viva que había sufrido transformaciones. Hablaba de nosotros, de porqué vivíamos en el subsuelo y no gozábamos del aire y la luz del día.

Cuenta la leyenda de torpes carnívoros de gran fuerza que surgidos de la nada terminaron el equilibrio pactado en los orígenes. Nosotros, más avanzados, ingenuos creímos poder hacerles entender que el desequilibrio resultaría catastrófico… ¡imbéciles!, no escucharon.

Complicaron todo, mezclaron el lenguaje hasta no entenderse, crearon cientos de dioses y bajo su ignorancia, nos veían tomar vino pensando que bebíamos sangre, nos creían demoníacos. Ahí empezó la cacería. Éramos tantos que no notaban diferencia entre uno y otro al matar. Nos creían inmortales. Atacaban durante la noche clavando en el pecho lo que su rudimentaria inteligencia inventó: un palo con punta. Comenzamos a escondernos cuando se volvieron mayoría.

Hoy, solo quedamos unos cuantos, vivimos bajo tierra, en un principio por protección de la delatadora luz, ahora por la aberración que nos provocan. Vemos que nunca siguieron nuestro consejo, siguen acabando con su alrededor, se vanaglorian de su inteligencia concientes de su autodestrucción y los palos con punta se volvieron sofisticadas armas cuyo fin es destruirse entre ellos. ¡Son tan engreídos!, creen que descubrieron el fuego por accidente y construyeron sus pirámides sin ayuda.

De mi gente, por si te lo preguntas, se crearon absurdos mitos y nos dejaron en una patética caricatura llamada Vampiro.

Autor: El TITO