Suspiros Silenciosos

En si, nunca se sintió solo, hasta que se dio cuenta que su especie se había extinguido, se habían esfumado a través del tiempo y a lo mejor ya ni cabida tenían en este nuevo mundo.

Nunca había sentido algo así, nunca se lo imagino, solo podía escuchar el eco de gritos apagados y sirenas que pasaban en las calles, solo podía pensar cuando disfrutaba beberse la vida de los demás, cuando la arrogancia y su poder le eran magnificentes, cuando disfrutaba vivir a su modo.

Cerró sus ojos mientras la memorias seguían estampando su cerebro, tan violentamente que estremecieron a sus rodillas, no podía creer estar arrodillado ante si mismo, pero era lógico, quien mas que el.

Como todos alguna vez pensamos que todo era inagotable, que todo era para siempre, para el lo fue durante cientos de siglos, ahora verse ahí, tan vulnerable lo hacia bajar la cabeza y entrelazar sus manos, como queriendo pedir perdón.

Le era tan extraña la palabra redención que solo hasta hace 5 minutos le era desconocida, y quien iba a saberlo, ahora mas que nunca en sus días quería estrujarla y hacerla suya.

Una pequeña sonrisa se dibujó en esa boca que tantos años tuvo sangre, que tantas vidas arrebato, y ese gesto le recordó su humanidad, le recordó que detrás de esos ojos tristes siempre hubo bondad y felicidad.

De algún modo lo grito ver cosas que nunca podríamos ver, vivió en los tiempos del muro, en los tiempos de las revoluciones, en el capitalismo, mercantilismo, la conquista del espacio y el caer de los imperios.

Los amaneceres, nunca le parecieron fascinantes, pero pensó que tal vez seria mejor que una estaca al corazón.

Solo un suspiro rompió el cielo matinal, estaba amaneciendo, y lo recibió con los brazos abiertos, estaba listo para morir, y después de tantas centurias por fin le encontró sentido a su vida, el vivió para ser redimido.

Autor: Fer Dominguez

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