jueves, 8 de noviembre de 2007

Piancol - Lupe

Hola, mi aportación para el Ejercicio 6 se titula “Lupe” y está escrito sin usar ni una sola vez la letra “a”. Mi seudónimo es “Piancol” y la dirección de mi blog es piancol.blogspot.com.

­­-Todo el pinchi mundo quiere lo mismo y todos se rompen el hocico por tenerlo joven- me dice Lupe.

Lupe es un tipo sencillo, de esos que son felices con poco. Vive en el norte del pueblo, y viene lunes, miércoles y viernes, vendiendo quesillo de “veintiocho el medio kilo”, como él dice. Yo le compro siempre, y eso que no puedo comer productos de leche (¡estúpido doctor!), pero me entretiene con su tonito chistoso y sus reflexiones.

-Y luego el pedo no es ese- me dice muy serio –el pedo es el tiempo. Porque uno se puede sentir muy chingón, invencible y todo eso, pero el pinchi tiempo es culero como pocos. Siempre se sigue de frente. Y destruye todo el muy ojete. Todito. Pero pos usté no entiende de eso, esos son mis pedos de viejo y usté es muy joven.

-Sí entiendo… soy joven no pendejo- contesto herido en mi orgullo.

-No joven, no se me enoje- dice viéndome bien fijo con su único ojo bueno.

Lupe dice que perdió el ojo derecho por un pleito de mujeres. “Es que yo siempre he sido bien mujeriego” me dice riendo, y que su tío Emilio se lo chingó porque le puso el cuerno con su mujer.

–Pero el Emilio no se fue sin su recuerdito- me dice bien quedito.

-¿Qué le hizo o qué?- pregunto curioso, recibiendo los dos pesos de vuelto.

-Pos eso mejor se lo cuento el viernes que le entregue su quesillo- responde en tono burlón desde su bici y se despide.

Y yo me quedo piense y piense en el “recuerdito” y en el ojo de vidrio de Lupe.

Y dejo los veintiocho pesos del viernes listos en el mueble de siempre.

Y meto en el refri otro quesillo que sé que no comeré.

13 comentarios:

Semidios dijo...

Hasta lo que he leído, que son pocos, puedo decir que es el texto más fácil de leer y agradable. Atrapa mucho mi atención siempre que un escrito trata de algún personaje pintoresco.

Os felicito

Raúl Jiménez Jiménez dijo...

Un texto suavecito, cándido a la lectura y bastante idiosincrático. Como bien dice Semidios los personajes pintorescos pueden resultar tan amenos que inclusive, o podrías llegar a querer ser parte de sus anécdotas, o estarías dispuesto a terminar la lectura tan sólo por atestiguar su suerte tan excepcional.

Casi ni se siente la ausencia de la A. Bueno.

Por cierto, si quieres escribir una palabra, ya sea distinta a su ortografía tradicional, o parte de lo que muchos equívocamente llaman lenguaje coloquial, no necesitas distinguirla con cursivas; las palabras deben ser tal como tú quieres que sean, sólo recuerda qué tan arraigado te sientes a las reglas tradicionales de la gramática y cuán dispuesto estás a romperlas.

“Y meto en el refri otro quesillo que sé que no comeré” Chale, y con lo caro que está el queso. Por ahí, si les sobra alguno, aquí sí se recibe, y con mucha honra. ¡Quesadillas para todos!

arboltsef dijo...

Muy bien construido el personaje de Lupe. Tal vez reforzar de esa manera el final me salta a la vista, aunque se puede obviar.

Las cursivas, como dice León, me parece no son necesarias, al menos no en el caso de este personaje coloquial, sencillo, su relato en general.

Buen buento.

Pinche Vieja dijo...

Quiero saber q pasó después. Me encantó.

Damián de Victoria dijo...

Este es el mejor ejercicio para mi gusto, el que tiene más oficio por lo siguiente:

1. No se nota la falta de la letra que no se usa, se lee muy fácil y fluido, ni una palabra esta metida con calzador, como si la ausencia de la “A” fuera meramente accidental o una necesidad del texto.
2. A pesar de lo breve y la dificultad del ejercicio, se narra una historia interesante y simpática, que da para seguir varias líneas argumentales de interés.
3. Los personajes tienen gran profundidad psicológica.
4. Se da el lujo de intercalar una idiosincrasia diferente a la del protagonista, transmitiendo plenamente la diferencia entre los dos caracteres.

Fer Lozano dijo...

Semidios: Muchas gracias por tu comentario.

León: Agradezco mucho tus consejos, lo de las comillas la verdad me causaba dudas y estuve a punto de quitarlas, pero al final me arrepentí. Me ayudas a decidir que no son realmente necesarias. Gracias.

Arboltsef: Pensé que reforzar el final de esa manera ayudaba a entender que ahí termina todo y que no se trata de un fragmento de algo más grande (lo cual no es). Vuelvo a coincidir con lo de las comilas. Muchas gracias por tus observaciones.

Pinche vieja: Pasa lo que tú quieras que haya pasado canija... porque yo mismo me quedé con la curiosidad...

Damián de Victoria: Gracias por tus críticas, me ayudan a darme cuenta qué reforzar y qué cambiar para futuros trabajos.

Gracias a todos por sus críticas!

Ana De Longa dijo...

Un texto sencilo, ameno y facil de digerir.
Personajes bien definidos y construidos.
Me parece muy bueno.

Cazador de Tatuajes dijo...

El texto está muy bien logrado, de hecho concuerdo que es de los mejores, pero, si me permites una observacion completamente ajena a tu texto, tu exceso de promoción a tu blog, cansa.

Lu García dijo...

La historia es buena, pero lo que me ganó es esa cuestión tan jodidamente cierta del tiempo. snif.

Fer Lozano dijo...

Ana: Gracias por tu comentario.

Cazador: Gracias por tu crítica... ¿y sabes algo? creo que tienes razón con lo del exceso de promoción... es una costumbre que se me quedó de cuando empecé en esto de los blogs, pero creo que valdría la pena irla dejando atrás...

Lilith: Sí, maldito tiempo... "Le temps detruit tout" <--- Gaspar Noé

Gracias a todos por sus críticas!

La Rosy dijo...

muy muy chido.
Me encantan las historias como estas, muy fluido.

Iosephus dijo...

De los mejores que he leído en el ejercicio. Muy bien hecho

El Mulder dijo...

Sí, entre los dos o tres mejores textos que he leído de este ejercicio. No sé por qué me imaginé a Lupe Esparza.